El servicio que más aprecian nuestros clientes…

El servicio que más aprecian nuestros clientes…

No siempre es fácil adivinar qué es lo realmente necesitan nuestros clientes, o qué puede ser lo que más aprecien, cuando uno monta como nosotros un hotel pensado para parejas. Sole y yo nos hemos quebrado mucho la cabeza para buscar cientos de actividades, propuestas y temáticas que puedan ser del gusto de la gran mayoría, sabiendo que seguramente no podamos tener a todos contentos ni acertemos en todo lo que hacemos; nos conformamos con tener contentos al mayor número de visitantes, y que nosotros nos sintamos satisfechos con los resultados de nuestros esfuerzos.

En general, ambos estamos muy contentos, y lo bueno de todo es que ya empezamos a tener muchos más aciertos que errores; y nuestra carta de triunfo, lo que podemos considerar nuestro servicio estrella, es sin duda el haber acondicionado ciertos lugares de nuestro albergue para la grabación de porno amateur. Aunque haya muchos que consideren que es una tontería, y que una pareja que quiere grabarse en plan casero teniendo sexo lo hace en cualquier parte, sobre todo si se trata de hoteles como hemos visto en videos x online, lo hará por su propia iniciativa y como se les ocurra, no es tan fácil organizarlo cuando quieres dar pie a que lo hagan. Pensando en gente liberal que viene en pareja a tener una estancia no sólo tranquila, sino también entretenida y acorde con sus ganas de comportarse precisamente de forma abierta y con espíritu libre, nos dimos cuenta que muchos de ellos querían tener esta clase de experiencia, pero o bien no se habían atrevido o no habían conseguido tener las condiciones adecuadas. ¿Y por qué no ponérselo en bandeja?

Para empezar, habilitamos habitaciones especiales para esta práctica, buscando que estuvieran más aisladas, que la temperatura fuera más o menos la adecuada aparte de que tuviéramos que acondicionarla un poco según las estaciones, que estuvieran orientadas de forma que obtuvieran más luz… A todo ello nos ayudó un amiguete nuestro arquitecto, y que para más inri era muy aficionado al porno online, así que ¿qué mas se podía pedir? Una vez arreglado digamos la parte técnica, nos enfrentamos a un reto aún mayor, y era: ¿cómo animar a las parejas indecisas a que por fin se atrevieran a dar el paso y convertirse en los protagonistas de sus propias grabaciones de sexo casero? Ahí estaba el mayor reto, nos pareció.

Claro que no contaba con la astucia de Sole, ni tampoco, por qué negarlo, con que pudiera ser tan guarra. Fue la primera que lanzó la idea de que quizá pudiéramos incitarlos con el ejemplo, esto era, hacer que vieran cómo grabábamos nuestros propios videos amateur, y si se terciaba, invitarlos a colaborar, o bien colaborar con ellos si así lo creían necesario. Yo sabía que ella era bastante liberal, imposible no serlo para estar en nuestro proyecto, pero ¿tanto? Parecía que sí, y aunque al principio no veía que esa idea fuera a funcionar, resultó ¡tachán!, que desde la primera pareja a la que se lo propusimos, hasta justamente ayer, se ha convertido en nuestro mayor triunfo, y nos consta que son muchos los que vienen a visitarnos precisamente por esta disposición que ambos hemos acabado teniendo.

 

 

Lo que pasa en un hotel se queda en el hotel…

Lo que pasa en un hotel se queda en el hotel…

Si hay algo que Sole, mi mujer, y yo teníamos muy claro, es que queríamos que nuestro hotel fuera un lugar tranquilo y sosegado, donde la gente pudiera descansar, sí, pero también algo mucho más importante para nosotros: donde realmente pudiera hacer todo lo que ellos quisieran sin sentir que tenían que esconderse, estando seguros de que nosotros guardaríamos completamente su privacidad. Ese es uno de los anhelos con los que construimos nuestro negocio, y nunca imaginamos que transmitir eso a los clientes nos iba a traer tan buenos momentos.

Un día, se presentaron en nuestro lugar una pareja elegante, bien vestida, de mediana edad, y pidieron hablar con mi mujer y conmigo en privado; pensamos que quizá eran unos famosos que llegaban de incógnito y no querían que nadie supiera de su presencia, pero Sole, que está puesta en ese mundillo, me comentó que no los conocía de nada. Así, todo curiosos por tanto misterio, los acompañamos al despacho, preguntándonos que podían querer con tanto secretismo. Y nos quedamos de piedra cuando supimos que querían usar nuestro hotel para realizar la grabación de una película de cine para adultos.

Era extraño porque, en realidad, no llevamos con este negocio tanto tiempo para que seamos conocidos, aunque por ahora nos orgullecemos de que todos aquellos clientes que han venido, luego han vuelto; pero eso no era razón para ser conocidos en una escala tan grande que una productora de cine se interesara por nosotros. ¿Qué habíamos hecho, entonces, para que esto fuera así? Estaba a punto de preguntarlo, cuando el hombre siguió hablando y nos dejó todavía más asombrados: querían hacer un rodaje en plan porno amateur, y estaban dispuestos a pagar lo que fuera si los clientes, e incluso nosotros mismos, estábamos dispuestos a participar.

Lo nuestro había nacido como un hotel para parejas, sí, y hacer videos caseros mientras follan se ha convertido en algo muy normal para todos estos novios modernos, pero ¿serían capaces nuestros inquilinos de lanzarse al desafío de dejar que los grabaran unos extraños en esos momentos tan íntimos? Incluso Sole y yo no sabíamos qué decir, porque eso de ver porno en tu movil es algo normal para nosotros, lo admitimos, y nos encanta, pero… ¿dar el paso para ser nosotros mismos los protagonistas? Eso eran ya palabras mayores.

En aquella época, poco después de las vacaciones de Navidad, no había demasiados inquilinos en el hotel, y los reunimos a todos en el salón aquello noche, para poder presentar nuestra propuesta, o más bien, la propuesta de aquellos dos extraños. No sabíamos si aquello saldría adelante o no, aunque teníamos un poco de miedo por lo que pudieran opinar los clientes de una dirección de hotel que les proponía aquello; aunque descubrimos que nos estábamos preocupando por nada.

Por supuesto, parecía que el espíritu de nuestro albergue había calado en aquellos clientes, porque recibieron la propuesta encantados; claro está, pidieron que se les asegurara su privacidad en todo momento, y eso hicieron de forma muy profesional aquellas personas, aunque la verdad que a Sole y a mí no nos parecieron demasiado fiables. Así, decidimos que no íbamos a participar en aquella ocasión, aunque estaríamos vigilantes ante cualquier actuación extraña que pudiéramos observar; queríamos que nuestros huéspedes lo pasaran bien, pero no que tuvieran ningún problema de ningún tipo, porque aquello era realmente algo extraordinario, ¿cómo sabíamos qué hacer para manejarlo?

Pero por suerte, aquella vez todo salió a la perfección. Se rodaron en un fin de semana un montón de escenas, y nosotros sólo tuvimos que cancelar nuevas reservar para preservar el secreto del rodaje. Todos nuestros clientes firmaron contratos de confidencialidad con la productora porno, y viceversa, asegurándose privacidad, seguridad y una remuneración que, la verdad, era bastante generosa. También nos ofrecieron a mi mujer y a mí una cantidad por permitir la experiencia, pero no la aceptamos; sólo pedimos que lo dejaran todo como estaba, y que hablaran de nosotros a sus amigos y socios, para una próxima ocasión similar, o simplemente como lugar de vacaciones, porque ¿quién sabe cuánto bien puede hacer una publicidad de esa clase?

Sole y yo todavía nos reímos cuando lo recordamos. No hemos vuelto a hacer algo así, tampoco se ha dado la oportunidad, pero la repetiríamos seguro, sobre todo si es con la misma gente. Nunca imaginamos que íbamos a vivir algo así, pero al final estábamos contentos de haber pasado esa prueba, y de saber que en nuestro negocio podían pasar este tipo de cosas extraordinarias así por casualidad, de tal forma que uno nunca sabía qué sorpresa se podía encontrar. Y si esto era así para nosotros, imagínate para nuestros clientes… una experiencia increíble.

Un hotel de 5 estrellas rodante

Un hotel de 5 estrellas rodante

Si eres de los que eso de quedarte quieto en un lugar no te va nada, y quieres unas vacaciones en continuo movimiento, seguro que ya has pensado en hacerte con alguna clase de autocaravana. Realmente, los últimos modelos los hacen unos vehículos no sólo potentes y seguros, sino que sus prestaciones pueden llegar  a convertirlos en verdaderas casas rodantes, permitiendo a viajeros exóticos disfrutar de las comodidades de un hogar sin tener que renunciar a conocer lugares lejanos y exóticos por ejemplo. Y es que son muchos los que aprecian verdaderamente esta flexibilidad a la hora de viajar, importándoles más dónde van que realmente las condiciones de la estancia.

Pero realmente quedé alucinado cuando vi un modelo de caravana realmente impresionante, capaz de no sólo convertirse en un hogar para sus inquilinos, sino en un verdadero hotel de lujo; seriamente, podría hacerle la competencia a más de un hotel y pensión en comodidad y lujo. Se trata de la Volkner Mobile Performance, la última creación en autocaravanas de la empresa alemana Volkner, un modelo de altas prestaciones que permite personalizarla casi totalmente a gusto del comprador, y que se aleja bastante de las otras opciones del mercado; aunque claro está, podrás imaginarte el precio de semejante maravilla.

Bueno, aceptamos que no está al alcance de cualquier bolsillo, pero es que es difícil encontrar algo semejante. Para empezar, la Volkner permite incluso guardar tu coche en su interior como si fuera cualquier garaje casero; por supuesto, para eso necesita grandes dimensiones, justo como las que tiene: 12 metros de largo por 3 de ancho. Con un interior tan espacioso, hay 6 modelos de planta entre los que escoger, y si no fuera suficiente, tiene una pared abatible que aún aumenta el espacio disponible una vez que el vehículo esté estacionado.

Gran parte de la decoración y mobiliario la proporciona la propia empresa, siempre a gusto del cliente, que puede elegir entre las prestaciones más básicas hasta las de verdadero lujo: cabinas de hidromasaje, electrodomésticos  y aparatos electrónicos de tecnología puntera, camas dobles, interior insonorizado… Además, su tanque de agua que puede contener hasta 1000 litros asegura un autoabastecimiento en este sentido, lo que permite aparcarla y permanecer en ella en los lugares más inverosímiles que pensemos.

Pues sí, esta autocaravana te puede llevar a cualquier parte con facilidad y las mayores comodidades; la cuestión es si, después de estar en ella un tiempo, realmente quieres volver a casa, jeje.

Cómo ver la Aurora Boreal desde la cama…

Cómo ver la Aurora Boreal desde la cama…

A Sole y a mí nos gusta ir por ahí recopilando historias fantásticas y peculiares; supongo que ya se ha convertido en algo así como deformación profesional, aunque la curiosidad de ambos es innata, o al menos, siempre ha estado ahí desde que nos conocemos. Y es por eso que a veces nos movemos por internet intentando encontrar ideas para nuestro lugar, y nos encontramos con verdaderas maravillas como la de este hotel en Islandia, que destaca por su originalidad sin ninguna duda.

¿Alguna vez has soñado con ver la Aurora Boreal tumbado tranquilamente en una cama, justo bajo las estrellas? Pues ahora lo puedes hacer, gracias al Hotel Buubble, un lugar en un rincón escondido de tierras islandesas. El lugar, en su página web, se autodenomina «El hotel de los 5 millones de estrellas», y su eslogán anima a «dejar a los chicos que hagan realidad su sueño de dormir bajo las estrellas».  El alojamiento consiste en cinco tipos de ‘burbujas‘: Una, Asta, Thorunn, Valdis y Maria, cada una con capacidad para dos adultos.

Estas burbujas son cubículos hecho de material transparente, y dado que el hotel quiere dar la máxima privacidad a sus clientes, su ubicación es secreta. El precio incluye una noche en una burbuja con una cama doble y también incluye acceso a una «casa de servicio compartido» con dos baños, duchas y una cocina de autoservicio. Al no tratarse de un establecimiento normal, el cliente debe llevar sus propios artículos de aseo, y tampoco dispone de servicio de comidas, usando para ello las zonas comunes antes mencionadas.

Y si esto pasa en Islandia, en Laponia ocurre otro tanto de lo mismo. La empresa familiar, Levin Iglut Golden Crown, tiene 24 iglúes de vidrio individuales para ofrecerte la oportunidad de ver la espectacular Aurora Boreal, rodeados de reluciente nieve blanca. Los iglús cuentan con ‘vidrio antivaho’ calentado eléctricamente y aire acondicionado, así como una pequeña cocina, ducha y un inodoro; también tienen Wi-Fi, por lo que puedes subir fotos y vídeos a tus redes sociales para hacer que todos tus amigos y conocidos estén celosos de ti. Además, y para colmo de lujos, sus camas son motorizadas y pueden ser colocadas en la posición que te resulte más cómoda para ver las espectaculares luces del Norte en plan premium, jeje.

Como veis, un hotel puede ser algo más que un simple lugar donde pasar una noche o unos días de descanso; casi se convierte en un sitio muy especial, una oferta de ocio en sí mismo con estas peculiares ideas.

Un lugar para parejas sin prejuicios

Un lugar para parejas sin prejuicios

Cuando entre mi mujer, Sole, y yo decidimos llevar a cabo el proyecto en el que ahora nos encontramos inmersos, ni siquiera estábamos casados, ni en realidad pensábamos hacerlo. Nuestra intención era irnos a vivir juntos, a poder ser a otra ciudad lejos de las familias de ambos para que nadie pudiera meterse en nuestras vidas ni tomar decisiones por nosotros; luego las cosas cambian y, precisamente a causa de estos familiares, acabamos celebrando una tradicional boda por todo lo alto, y ambos nos prometimos que sería la última vez que haríamos algo que no quisiéramos sólo por hacer felices a los demás.

Muchas veces, pensando en el futuro, nos habíamos visto a nosotros mismos dirigiendo un hotel rural; no éramos muy ambiciosos, nos gustaba la idea de un lugar pequeño, a poder ser en la sierra, que fuera un rincón cálido y acogedor, de esos de los que nunca quieres irte y a menudo piensas en regresar. Sole había estudiado hostelería, y yo llevaba media vida sirviendo copas en el bar de mi padre y luego en los garitos de otros colegas, además de ayudarlos con la administración y la contabilidad. Vamos, que estábamos más que preparados para que un negocio de esas características nos saliera bien, al menos para vivir cómodamente aunque no nos hiciéramos ricos. Pero es que, además, lo que teníamos en mente era un poco más original.

Siempre hablamos de tener un hotel especial, lo que nos gustaba llamar «un hotel para parejas«. ¿Cuál era nuestra idea? Pues bien, con lo difícil que lo habíamos tenido nosotros para encontrar un poco de intimidad, y sabiendo lo complicado que es para las parejas encontrar un lugar que realmente cumpliera con sus expectativas románticas, y sobre todo sexuales, soñábamos con montar un lugar así: un hotel apartado, tranquilo, con habitaciones dobles pensadas especialmente para dos… Y, ya que estábamos, y para dar rienda suelta a los instintos más bajos, que también los hay, quizá algunos objetos de temática BDSM, o tirando al sexo extremo. Nuestras fantasías no parecían tener fin.

Ponerlo en práctica, no fue tan fácil como imaginarlo, por supuesto; de hecho, aún estamos con el proyecto, pues todavía no ha quedado tal y como lo habíamos imaginado, pero bueno, tiempo al tiempo. Ya hemos empezado a ver cómo daba sus frutos, pero lo mejor es la cantidad de historias que ya podemos contar. Así que, desde el anonimato, ¿os gustaría conocer algunas de ellas? Quién sabe, quizá también así os animéis a visitarnos.